Las várices son dilataciones de las venas de las piernas producidas por una enfermedad llamada insuficiencia venosa. Se producen cuando las válvulas dentro de las venas no funcionan correctamente, lo que provoca que la sangre se acumule y las venas se hinchen.
Es decir, las venas no pueden hacer correctamente su función y no retornan (es decir, no regresan) bien la sangre de las piernas que va hacia el corazón. Esto hace que se acumule sangre en las piernas, se ensanchen las venas y que sean visibles y palpables.1
Las várices, también llamadas venas varicosas, son venas hinchadas y retorcidas que se encuentran justo debajo de la piel. Habitualmente se producen en las piernas.2
Las várices pueden causar, entre otros, los siguientes síntomas:2,3
Las várices son una afección común provocada por paredes y válvulas venosas débiles o dañadas. Las venas tienen válvulas unidireccionales (solo van en una dirección) en su interior que se abren y cierran para que la sangre siga fluyendo hacia el corazón. Las válvulas y paredes venosas débiles o dañadas pueden hacer que la sangre se acumule o incluso que fluya en dirección contraria. Esto se llama reflujo. Las venas pueden aumentar de tamaño y deformarse, lo que provoca la aparición de várices. Aprende más acerca de cómo funciona el corazón y cómo fluye la sangre desde y hacia el corazón.2,3

Se pueden formar várices por cualquier aumento de presión dentro de las venas. Esto puede ocurrir por la edad, por un embarazo, por sobrepeso y obesidad, por permanecer sentado o de pie durante períodos prolongados o por un estilo de vida inactivo. El riesgo puede ser mayor si hay antecedentes familiares de várices.2,3
Si otros familiares tienen venas varicosas, existe una mayor probabilidad de que también se desarrollen en otras personas de la misma familia, este es uno de los factores principales en la aparición de venas varicosas.3
El envejecimiento causa un desgaste natural de las válvulas en las venas que ayudan a controlar el flujo sanguíneo. Con el tiempo, esto puede hacer que la sangre se acumule en las venas. En las mujeres, este problema puede aparecer incluso antes, entre los 30 y 40 años, y suele estar relacionado con factores como el sobrepeso o el embarazo.3
Las mujeres tienen más probabilidades de tener esta afección. Las hormonas tienden a relajar las paredes de las venas. Por ende, los cambios hormonales antes del período menstrual o durante el embarazo o la menopausia podrían ser un factor. Los tratamientos hormonales, como las píldoras anticonceptivas, pueden aumentar el riesgo de tener venas varicosas. 3.3
Estar de pie o sentado durante períodos prolongados. El movimiento ayuda a que la sangre circule.3
Tener sobrepeso aumenta la presión sobre las venas.
Existe una estrecha relación entre el embarazo y la presencia de várices, siendo uno de los principales factores de riesgo en las mujeres, afectan al 40% de las embarazadas.4
Mejorar el flujo sanguíneo y el tono muscular podría reducir el riesgo de tener venas varicosas. Las mismas medidas que se usan para tratar el malestar por las venas varicosas pueden ayudar a prevenirlas.